El pasado día 30 de enero nuestro centro participó
como en otras ocasiones,en un acto conjunto con los colegios públicos del municipio para celebrar el Día de La Paz.
Nuestros alumnos de quinto de primaria leyeron diferentes textos sobre la Paz y Dª Helena del Amo, nuestra directora, leyó unas bonitas palabras que queremos compartir con vosotros, porque nos hacen pensar que todos ponemos poner nuestro granito de arena y tener una actitud positiva ante la vida.
Cada vez que en la escuela un niño está triste hay una
maestra que le hace sonreír y entonces cae el primer copo de invierno que
apenas se percibe. Pero, al suceder esto en cientos de escuelas cada día y en
muchos momentos, caen miles de copos que pintan de blanco el paisaje, porque
igual que la nevada empieza con un copo,… también la paz empieza con una
sonrisa.
Siempre que en la clase o fuera de ella no se respetan
las normas básicas para convivir que hemos consensuado, hay un maestro que
interviene para fomentar una convivencia respetuosa y entonces, brota la
primera hoja de un árbol en primavera que apenas se percibe. Pero al ocurrir
esto en miles de escuelas cada día, brotan cientos de miles de hojitas que
pintan el bosque de verde. Porque igual que la verde espesura comienza cuando
se despliega el primer brote,… así también, la paz se inicia con el respeto.
Cuando en la escuela aparece una actitud intolerante,
siempre hay una maestra alerta que enseña a aceptar y a estimar la riqueza y la
diversidad cultural de nuestro mundo. Y es entonces cuando cae una gotita de
agua que apenas se percibe. Pero al acaecer esto en millones de escuelas cada
mañana, ocurre… que una cortina inmensa de lluvia llena de agua los mares.
Porque igual que solo con gotitas es posible tener mar,… así también solo con
personas tolerantes será posible tener paz.
Y en la escuela, cada día, las maestras y maestros
también tratamos de fortalecer valores relacionados con la empatía, la amistad,
la sensibilidad o la justicia porque son sendas que conducen a los caminos de
la solidaridad y la libertad, que llevan a su vez hasta la gran autopista de la
paz. Y lo hacemos no solo porque así lo establecen los principios y fines de la
Leyes Educativas sino, ante todo, porque creemos en una escuela pública que
eduque… en el pleno desarrollo de la personalidad y en el fortalecimiento del
respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales.
Trabajamos con personas y no con máquinas y, por
tanto, el curriculum de nuestras escuelas está y debe de estar empapado de
valores mundialmente aceptados y recogidos en la carta de derechos humanos
tales como el de la formación para la paz que hoy aquí nos congrega.
Porque amigos, amigas, no hay educación sin valores.
Si cada día en la familia y en la escuela no educamos
en valores, si no lo hacemos de la mano y en un clima de respeto y confianza
mutua, si en el cole solo enseñamos contenidos, si solo explicamos más temario,
no habrá copos, ni sonrisas; no habrá brotes de hojas verdes, ni respeto; no
habrá gotitas de agua, ni habrá mar; no habrá tolerancia ni empatía; no habrá
sendas de amistad ni de justicia; no habrá caminos por los que llegar hasta La
Paz.
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